19 septiembre, 2008

¿Has dimitido en tu trabajo y no lo sabes?



Distintos estudios han descubierto que los riesgos psicosociales en el trabajo tienen una relación directa con nuestra salud.
(Si quieres saber el riesgo que corres te recomiendo que hagas el test que hay al final de esta entrada).

Más competitividad, mayor exigencia de productividad y, por tanto, de los ritmos de trabajo; mayor disponibilidad y dependencia personal con horarios sin limites; más esfuerzo intelectual en el trabajo en detrimento del físico; mayor especialización y más presiones de tiempo para finalizar las tareas; más capacidad para trabajar en equipo; más flexibilidad... Son sólo algunas de las condiciones laborales a las que están sujetos cada vez más trabajadores y que están minando, a marchas forzadas, la calidad de vida de muchos de ellos. Y es que en la economía globalizada que impera, el "más" que exigen las empresas lo están pagando los trabajadores con muchos "menos", principalmente en su salud.

Pero lo cierto es que sí es posible tener un trabajo saludable psicosocialmente. ¿Cómo? Pues reuniendo en él, fundamentalmente, cuatro grandes premisas.

Primera: tener un control sobre el propio trabajo, es decir, disponer de la oportunidad de desarrollar nuestras habilidades y de hacer aquello que mejor sabemos hacer; tener el control sobre el trabajo que realizamos; gozar de suficiente autonomía, con capacidad de decisión sobre las tareas; y poseer un control sobre las pausas y el ritmo de trabajo.

Segunda: hacer frente a demandas adecuadas a las capacidades, es decir, tener un volumen de trabajo adecuado en relación al tiempo disponible y no vernos expuestos a interrupciones constantes de la tarea; y hacer un trabajo emocional, cognitivo y sensorial que no supere nuestros recursos como trabajadores.

Tercera: disponer de apoyo social adecuado, es decir, poder relacionarnos con otros compañeros de trabajo con asiduidad y sentirnos apoyados por los compañeros y mandos; notar el apoyo de compañeros y mandos para sacar el trabajo adelante; y poder compatibilizar nuestra vida laboral con la familiar y social.

Cuarta: disfrutar de recompensas justas por el trabajo realizado, es decir, tener un salario digno; estabilidad; posibilidad de promocionar de forma justa y transparente; realizar tareas adecuadas a nuestra cualificación profesional, ni por debajo ni por encima de nuestras capacidades; decidir sobre nuestra movilidad; tener respeto, reconocimiento y apoyo por el trabajo realizado; y recibir un trato justo.


El siguiente test incluido por el psicologo Iñaki Piñuelen su libro "La dimisión interior", permite evaluar si estás cansado de tu trabajo.
A Partir de tres síntomas con contestación afirmativa, la probabilidad de que estés harto empieza a ser alta.

Sintomas:

¿Tienes Sensación de inutilidad o de estar acabado profesionalmente?
¿No puedes enfrentarte emocionalmente a nada?
¿Tienes sentimiento de culpabilidad por no hacer algo bien?
¿Tienes la impresión de no poder más?
¿Te sientes agotado al levantarte y al final de la jornada?
¿Sientes apatía hacia las necesidades de los demás y los problemas en el trabajo?
¿Tienes sensación de estar quemado en el trabajo?
¿Experimentas una sensación de frustración continua?
¿Te sientes agobiado por tener que trabajar con personas?
¿Te sientes abrumado por una cantidad de trabajo insoportable?

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