10 julio, 2007

El arte de la seducción


La capacidad de seducir forma parte de los contenidos de nuestra inteligencia emocional y nos es necesaria para vivir en grupo.
Empezamos a ponerla en práctica desde el nacimiento y su principal expresión es la sonrisa.
La necesidad de seducir esta relacionada con la autoestima y con el trabajo en grupo pero especialmente la seducción se refiere a la conquista sexual.

Las preferencias culturales en cuanto al aseo y al adorno pueden cambiar pero en lo relativo a la higiene todos los consejos expuestos en el Kama Sutra siguen estando al día. Dos mil años después de que fuera escrito, la limpieza sigue siendo el mejor afrodisíaco. Para muchos una piel limpia y cuidada, un cuerpo sano y oliendo bien son imprescindibles para que la sesión de amor sea perfecta.

Presta especial atención a la boca; la boca es la puerta del amor, un mal olor disminuye por si solo la atracción sexual pero un mal aliento puede matarla por completo. Mascar hojas de menta como recomienda el texto hindú es muy efectivo, pero no es fácil encontrarlas, por eso hacen el mismo efecto los chicles y los caramelos de menta o de clorofila.

No es la belleza física lo que atrae más, lo que realmente nos atrae es la salud. Un cuerpo saludable y bien proporcionado es mucho más atractivo que un cuerpo bello y, aunque el cuerpo es lo que llama la atención en primer lugar, a la larga aburre.

Un espíritu cultivado mantiene el interés durante muchísimo más tiempo, y genera mucho más placer que el que puede desprenderse de la sola contemplación de un cuerpo hermoso. Saber hablar y saber escuchar son artes que todo seductor debe dominar. Y también conocer el mundo en el que se vive, ser capaz de discutir pausadamente sobre cualquier tema. Disfrutar con todas las artes y todas las ciencias sin ser un erudito en ninguna de ellas es un buen objetivo.

Llevarte a la cama a la persona que deseas pasa por una conversación amena y un gran sentido del humor. Muchas mujeres se quejan de la falta de interés de sus compañeros por nada que no sea su propio trabajo.

Los antiguos griegos proponían que un buen amante debe ser un experto en:
· El arte de cultivar la amistad, que se nutre de pequeños detalles sin importancia.
· El arte de conocer el lenguaje del cuerpo, que tiene mucho que ver con la adivinación intuitiva de los estados de ánimo y de las necesidades.
· El arte de entender la comunicación sin palabras y las palabras de la comunicación.
· El arte de cuidar a los enfermos, a los tristes y los apenados sin que ellos se sientan mal por ello.
· El arte de dar sin ofender y de pedir sin sentirse ofendido.
· El arte de ser capaz de jugar a cualquier juego o deporte sin necesidad de hacerlo bien ni de ganar.
· El arte de ser capaz de expresar la ternura y de recocer su expresión en los demás sin confundirla con el sexo.
· El arte de la diplomacia y la discreción.
· El arte de conocer las costumbres y los usos sociales.
· El arte de expresar y controlar las propias emociones.
· El arte de comprender las emociones ajenas.
· Conocer y respetar la naturaleza de las cosas.
· Amar la vida sencilla y el aire libre.

Cualquiera que sea capaz de ser experto en tan gran número de artes tiene garantizado que todas las personas que desee caerán rendidas en sus brazos y, lo que es mejor, que se quedaran allí para siempre.

Extraido del diario www.20minutos.es

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